A solo unos pasos del metro de Argüelles, se encuentra Dog&Fox Urban Kitchen. Un nuevo restaurante cuya filosofía es el slow cooking, es decir, cocciones lentas y a baja temperatura para lograr que las carnes, su especialidad, estén tan jugosas y tiernas que casi se puedan comer con cuchara.
En su coqueto local de la calle Rodriguez San Pedro, se aprecia la mano de sus dueños, Olga y Andrés, que han diseñado y decorado el espacio para que sus clientes se sientan como en casa. Su gran pared de ladrillo cara vista, tenedores de todos los estilos y obras de arte en sus paredes son los elementos que más destacan en las tres pequeñas zonas en las que se divide el local. El comensal puede elegir entre sentarse en sus mesas altas o bajas, o en la que para nosotros es más especial, su mesa cafetera afterwork. Para un grupo de seis a ocho personas, su soporte es una máquina de café y unas corbatas adornan las lámparas que la iluminan.
Con unos propietarios de raíces venezolanas, italianas y mexicanas; está claro que su carta está llena de fusión, pero lo que sorprende es que también de música. Cada plato tiene el nombre de una de sus canciones favoritas, que también suenan en el hilo musical mientras se come como el Chili con carne de res y frijoles para comer mientras suena Love me two times del grupo The Doors.
Imprescindible en Dog&Fox es su Guacamole. Al ritmo de Gimme The Power de Molotov y con una receta 100% mexicana que ha ganado varios premios en la propio DF, a nosotros nos conquistó. Además, se puede pedir más o menos picante a gusto del consumidor.
Para los spicy lovers son sus Alitas de pollo. Las hay de tres tipos en función de su intensidad. Nosotros tomamos las Wild Thing de Troggs y las Heavy fuel de Dire Straits. Las primeras son al estilo búfalo y las segundas con una receta barbacoa secreta de Andrés, que la desarrolló porque a él no le gustaba la tradicional.
De origen venezolano, Andrés también ha incorporado parte de la cocina de su país a su proyecto empresarial para ofrecer los populares Tequeños reinventados. El Ayug Payé de Sentimiento Muerto son los deditos rellenos de queso latino, pero en lugar de envolverlos con masa de maiz los prepara con masa de hojaldre.
Como os hemos adelantado su especilidad son las cocciones lentas y entre ellas destacamos su Pigs de Pink Floyd. Este Lingote de panceta de cerdo se hornea lentamente durante seis horas y al probarlonos encantó. Estaba tan jugoso que nos recordó un poco al sabor del cochinillo.
También lentamente, durante 7 horas, preparan su Costilla de vaca. Un kilo (en la foto 1/2kg) de You shook me all night long de AC/DC que es puro rock and roll. ¡Es otro de sus imprescindibles!
Y de postre, puro sentimiento. Nosotros tomamos su Kiss of love de Sade, un Martini de tequila con chocolate, y su Sabor de amor de Danza invisible, una Tarta de tres leches a base de un bizcocho esponjoso, parecido a un sobao pasiego, que empapan en otra de sus recetas secretas.
En definitiva, Dog&Fox Urban Kitchen es una buena opción para disfrutar en pareja o con amigos de platos llenos de sabor y preparados con cariño. Una pasión que transmiten sus propietarios, que atienden personalmente a todos los clientes porque para ellos lo más importante es que te vayas feliz, pero, sobre todo, que vuelvas. ¡Repetiremos seguro!
Dog&Fox Urban Kitchen
C/Rodriguez de San Pedro, 64
Precio medio: 20-25 euros.
Telf.: 91 265 97 65
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