@madridmeenamora
23 de may de 20182 min.
Actualizado: 11 de mar de 2020
Han pasado poco más de dos años de su apertura en el número 21 de la calle Villanueva y Carlos Oyarbide mantiene el listón tan alto como en sus comienzos. Su cocina es sincera, trabaja con una materia prima sensacional y el objetivo de buscar la excelencia lo consigue en cada plato.
Atravesar las puertas de su restaurante es comenzar una experiencia para los cinco sentidos en un espacio elegante, original e íntimo que se divide en distintas estancias (recibidor, biblioteca, cocina, bodega, salón-comedor y patio). Un ambiente acogedor y exquisito en el que se mezcla la decoración clásica con la contemporánea.
Sillones de terciopelo, vajilla de Limoges, cristalería de Baccarat, mantelería de hilo. La puesta en escena es fundamental en Carlos Oyarbide antes incluso de que lleguen los platos a la mesa. En Carlos Oyarbide encontramos una cocina de mercado de verdad con productos de primera que el propio Carlos selecciona. Iniciamos nuestro recorrido con unos deliciosos Pintxos de Chistorra de cerdo y cordero y unas insuperables Croquetas de ternera y espinacas, hechas con leche de oveja latxa.
Dos aperitivos que eran solo el preludio de lo que estaba por llegar. El siguiente plato que degustamos con pasión fue una delicada Terrina de faisán y foie ...
... y acto seguido pasamos a comer unos de los mejores Boquerones encurtidos que hemos comido nunca.
El trato en Carlos Oyarbide es como sus platos: exquisito. En la sala manda Carmen Miranda, su mujer, que lleva 25 años a su lado y ha sido jefa de sala de todos sus restaurantes desde el inicio. Ejerce de perfecta anfitriona de los comensales que cada día se dan cita en este restaurante para probar alguna de sus especialidades como sus Alubias rojas con bergamota.
La cocina de Carlos Oyarbide es como él: tradicional, honesto y sencillo. No es raro encontrarle en el mercado de La Paz o el de Chamartín buscando el mejor producto. Luego ya entre fogones lo cocina con pasión. Un chef que se mantiene fiel a una cocina auténtica realizada con productos de temporada como su Panaché de verduras.
Fidelidad también a sus raíces navarras se observa en la elaboración de otro de sus míticos platos: el Rape braseado. Y aunque la foto no hace justicia el pescado estaba delicioso, ejecutado con maestría y en su perfecto punto de cocción.
Y qué decir de sus carnes. Su Vaca a la moda es un plato sensacional donde la carne esta deshuesada, tierna y jugosa.
Como postre probamos la Pantxineta unas finas y muy crujientes láminas de hojaldre encierran en su interior todo el sabor de una deliciosa y casera crema pastelera. Un postre de 10 con el que poner un punto final excelente a una gran comida.
En definitiva, que comer en Carlos Oyarbide es disfrutar de la magia que el chef pone en todos sus platos. La calidad de la materia prima, el empeño en exprimir todo el sabor en sus elaboraciones y un exquisito gusto por los detalles son algunas de las claves por las que este restaurante merece una visita.
Carlos Oyarbide
Calle Villanueva, 21
Teléfono: 915 77 69 26
Precio menú degustación: 65€
www.carlosoyarbide.com
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