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9 de abr de 20183 min.

CAÑADIO MADRID, UN CLÁSICO QUE NUNCA FALLA

Actualizado: 11 de mar de 2020

Cañadío llegó a la capital de la mano hace ya seis años de su casa matriz de Santander y se ha labrado un nombre por derecho propio. Un restaurante en la calle Conde Peñalver, que destaca por su cocina clásica de guiños modernos elaborada con materias primas de calidad, muchas de ellas procedentes de Cantabria. En su carta, que cambia con de la mano de los productos de temporada, destacan sus raciones como las croquetas y las rabas de calamar. También los platos de carne y pescado como el steak tartar, las manitas de cerdo, el rape o su apartado especial de merluza.

Otro aspecto que cambia regularmente en Cañadío es su decoración. En la planta baja, una gran barra y unas mesas altas permiten picotear algo rápido o comer de manera informal. En la planta de arriba, las líneas puras y los colores neutros ayudan a que la atención del comensal se centre en lo más importante, la comida.

Nuestra visita a Cañadío comenzó con dos de sus entrantes fríos más conocidos. Su delicioso Puding de Cabracho de Roca es un homenaje a Juan Mari Arzak y el Corte de Queso y Trufa con Vinagreta de Miel con una textura muy cremosa.

Probamos varios de sus entrantes calientes y entre ellos no podían faltar sus croquetas. El Buñuelo y la Croqueta de bacalao estaban como a nosotros nos gustan, crujiente por fuera y cremosas por dentro; pero la que nos sorprendió más por su sabor diferente fue su afamada, y con razón, Croqueta de chorizo.

Hay bocados que cuando los pruebas te enamoran y eso fue lo que nos pasó a nosotros con la Albóndiga de bonito y calamar en salsa roja. Una tierna y jugosa creación, que se deshace en la boca, y que está tan buena como bonita es en su presentación.

Siguiendo la política del local de defensa por los productos de temporada, tomamos la Alcachofa con cococha de merluza. Una verdura, que termina en abril su temporada y de la que nos despedimos hasta octubre con este plato. Una propuesta muy recomendable de mar y tierra, que combina a la perfección dos sabores muy distintos.

Teniendo un apartado específico para la merluza en su carta, hubiera sido casi un pecado no probar alguna de ellas. Cogote a la plancha, lomos rebozados o en buñuelos nos tentaron, pero finalmente tomamos la Tajada de merluza a la media sal. Un plato que respeta al máximo el pescado, y por eso se sirve únicamente con vinagreta y tomate.

Si el pescado nos gustó, la Carrillera de Ternera de leche con puré trufado nos encantó. La carne estaba tan bien hecha que se fundía literalmente al meterla en la boca.

El festín gastronómico en Cañadío lo cerramos con su mítica Tarta de queso. Es sin duda, una de las mejores de Madrid. Lo tiene todo: sabor, textura, presencia ... Una auténtica delicia para los amantes del queso. Un postre sensacional.

En definitiva, que Cañadío Madrid es uno de esos restaurantes donde vayas con quien vayas el éxito está asegurado. Un clásico que nunca falla y en el que saborear una cocina tradicional elaborada con productos de primera calidad. Eso sí, si estas pensando en ir en fin de semana vete llamando para reservar porque suele estar lleno.

Por cierto, Cañadío fue el primer restaurante que abrió en Madrid el cocinero y emprendedor gastronómico Paco Quirós. Su grupo de restauración cuenta con otros tres restaurantes en la capital: La Maruca, La Primera y La Bien Aparecida, otro restaurante que os recomendamos y que no os podéis perder.

Cañadío Madrid

Conde de Peñalver, 86

Teléfono: 91 281 91 92

Precio medio: 35-40€

http://restaurantecanadio.com

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