Materia prima de calidad, presentaciones cuidadas y mucho mimo. Es la tarjeta de presentación de esta taberna con encanto, situada en el barrio de los Jerónimos, a tan solo unos pasos de El Retiro. Se divide en dos acogedores ambientes: a la entrada varias mesas bajas y altas conviven en perfecta sintonía con una gran barra perfecta para el picoteo. En la planta baja, un coqueto y tranquilo comedor.
El alma mater de Condumios es Sebastian López Robledo, un hostelero madrileño que conquista con su buen hacer a los comensales que se acercan a conocer su establecimiento del número 12 de la calle Juan de Mena. Condumios es como su dueño: sencillo y elegante.
En su carta encontramos deliciosas chacinas y quesos, croquetas caseras de jamón y fantásticas conservas como sus Mejillones de la ría de Pontevedra en escabeche casero.
Cocina tradicional con estilo propio que se observa en platos tan aparentemente sencillos como su Ensalada de canónigos y pechuga de pollo. ¿El secreto? La carne está cocinada a fuego muy lento para que quede jugosa.
Siempre pendiente de los productos de temporada, fuera de carta encontramos siempre sugerentes propuestas como sus Calçots con salsa romescu que, por su sabor, te trasladan en un bocado a tierras catalanas.
Mención especial merecen sus platos en los que los huevos son protagonistas. Provienen de una granja ecológica de gallinas camperas de Albacete y con ellos prepara deliciosos revueltos como el de Bacalao y una riquísima Tortilla de patata al estilo de Mamá Lola.
Materia prima de calidad que viene de la granja, el monte y el mar. Este es el caso de sus mariscos y pescados que preparan sin grandes artificios para evitar enmascarar su sabor. Este es el caso de sus Chipirones a la plancha, que estaban riquísimos. Por cierto, el plato lo dejamos limpio, porque el aceite lo comimos con el pan de La Miguiña que nos sirvieron.
Producto de primera que también observamos en sus carnes y pescados. Recetas sencillas como sus Carrilleras de ibérico guisadas al Jerez o el ossobuco a la milanesa y elaboraciones tratadas con mimo como su inigualable Rodaballo en papillote con finas hierbas o su Merluza de pincho con vinagreta de PX.
Reservar un hueco para cualquiera de los postres caseros que elaboran en Condumios es casi una obligación. De nuestra visita, hace unos dos años, ya conocíamos su cremosa Tarta de queso de cabra y salsa de naranja por lo que nos dejamos aconsejar por Sebastián y nos trajo un crujiente y delicado Hojaldre de Tudanca relleno de crema pastelera y frambuesas.
En definitiva, que Condumios representa el triunfo de la comida de calidad y de los sabores auténticos sin disfraces. Así son las cuidadas propuestas que salen de una cocina honesta y sencilla en la que lo que de verdad importa es el sabor, sin olvidar la presentación de unos platos francamente buenos. Elaboraciones perfectas para maridar con la interesante oferta de vinos que tienen en su bodega.
Taberna Condumios
Calle Juan de Mena, 12
Precio medio: 30-40 euros
http://condumios.es
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