Son tres los secretos que guarda. Su ubicación en pleno barrio de Salamanca lo convierte en un lugar ideal para disfrutar de una velada increíble Su cocina actual y desenfadada tiene propuestas procedentes de distintas culturas para enamorar a todos los públicos. Por último, su decoración con una agradable terraza a la entrada y un local muy amplio en el interior con techos altos, suelo enmoquetado y espejos.
En su carta, hay dos amplios apartados para picotear y compartir, y uno específico dedicado a sandwiches y hamburguesas. Unas propuestas que son las reinas de casi todas las mesas de este establecimiento, al ser un lugar que invita a disfrutar de una comida informal con amigos. Con ese espíritu nos dispusimos a pasar una agradable velada, que comenzó con el Falso risotto con Boletus y trufa. Servido en una coqueta cazuelita de las de antes, se trata de un trampantojo que simulando un arroz es una pasta. ¡Muy rico!
Siendo tan famosos por sus hamburguesas, no podíamos visitarlos sin probar alguna. La decisión de cuál de todas pedir la teníamos tomada antes de entrar, ya que recientemente han celebrado el 15 aniversario de sus Hamburguesitas de buey con cheddar, y un plato tan longevo merece ser probado. Carne picada fina y muy tierna en un pan tipo brioche se sirve acompañada de patatas fritas y las clásicas salsas ketchup, mostaza y mahonesa.
Somos amantes de los platos elaborados a base de alimentos crudos como los carpaccios, los ceviches y los tartares. Por eso nos llamó mucho la atención su Steak tartar con helado de mostaza y parmesano. No se trata del clásico plato que se puede encontrar en los restaurantes tradicionales, pero se trata de una propuesta diferente que estaba deliciosa.
Y para terminar, dejamos de lado nuestra adicción al chocolate. Siguiendo la recomendación del personal de sala, del cual resaltamos su exquisita atención, nos atrevimos con su Nido crujiente de manzana salteada con helado de vainilla y caramelo. Una elaboración crujiente en su base, cremosa gracias a la manzana y que venía coronada por el toque frío del helado.
Con 17 años de historia, El escondite de Villanueva es toda una institución en el barrio de Salamanca. Qué madrileño no ha tomado un café, una copa o comido en su agradable local con cocina a todas horas. Cantidades razonables y variedad de platos en un local con una cocina de calidad y una buena relación calidad precio.
El escondite de Villanueva
C/Villanueva, 26
Telf.: 91 431 33 49
http://www.elesconditedevillanueva.com