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ROBATA, EL JAPONÉS COSMOPOLITA QUE ARRASA EN JORGE JUAN

  • Fabiola Lairet trae su concepto de crudos y parrilla nipona desde Barcelona

  • En esta taberna japonesa la ‘robata’ es el alma del local y el sushi una perdición


Se trata de una de las aperturas del año. La cocina de Robata se basa en materias primas de calidad y un mimo especial del producto fresco conservando toda su esencia y utilizando técnicas culinarias tradicionales de Japón. Ubicado en el callejón de Puigcerdá, el concepto fue ideado y abierto ya hace siete años en Barcelona por Fabiola Lairet, una de las primeras “sushi chef” de España. Ahora, en esta sofisticada taberna nipona da rienda suelta a sus conocimientos, aplicándoles su particular estilo.

El interiorismo de Robata está cuidado hasta el más mínimo detalle.
El interiorismo de Robata está cuidado hasta el más mínimo detalle.

La carta de Robata es urbana y cosmopolita. Cocina japonesa de primer nivel con imaginativos toques mediterráneos y americanos. Y en el centro de su cocina, la robata, la famosa brasa japonesa al carbón que aquí alcanza su máxima expresión en la cocina vista y en una carta, forrada en preciosa tela japonesa, ideada totalmente para compartir. Solomillo, costillita de cordero, pollo con salsa tare o secreto ibérico -guiño patrio-, son opciones que te harán ponerte a salivar.


El sushi es también imprescindible y lo más difícil es elegir entre sus rolls. El California y el Anticuchero están divinos, al igual que el Nikkei con langostino en tempura, aguacate, atún y leche de tigre. Mención especial a sus nigiri –el de dorada está delicioso- y al sashimi, cuya técnica domina Fabiola Lairet a la perfección. No te puedes perder su tiradito de hamachi. Procede de la isla de Kyushu y llega fresco con todas sus cualidades organolépticas solo 48 horas después de su sacrificio. También muy recomendable el Tuna Tasting: espectaculares cortes de akami, chutoro, toro marmoleado o toro.


Ya entrando de lleno en los platos calientes, las suculentas opciones hacen dudar. El okonimiyaki de mariscos, la tortilla japonesa muy poco habitual fuera del país, es un sí inmediato. Los tatakis de atún o wagyu y el pulpo del Delta del Ebro al olivo, braseado y con salsa de aceitunas kalamata, también.

El tataki de atún es uno de los imprescindibles de Robata.
El tataki de atún es uno de los imprescindibles de Robata.

La carta líquida de Robata acompaña con una fantástica selección de vinos españoles e internacionales, referencias selectas que se alejan de lo típico y se agrupan por sus matices, desde los más ligeros a los más contundentes. Hay asimismo una reseñable columna de más de una decena de sakes, algunos empleados en su también más de una decena de cócteles que abarrotan las mesas. El mojito de sake es un ‘hit’ igual que el pisco de maracuyá, de nuevo guiñando un ojo a lo latino.

No te puedes ir de Robata sin probar uno de sus cócteles.
No te puedes ir de Robata sin probar uno de sus cócteles.

Para terminar hay que dejar ¡si o si! un hueco al postre. La parte dulce llega con suculentas tartas americanas, receta de Fabiola, como la de limón, con una sorprendente “marshmellow cream” tipo merengue; o la New York Cheesecake, con base de galleta de chocolate.

Juego de texturas hacen de la Lemon pie uno de los postres más irresistibles.
Juego de texturas hacen de la Lemon pie uno de los postres más irresistibles.

En definitiva, que Robata está llamada a ser uno de los ‘place to be’ de la capital. Un local que se divide en tres plantas donde además de la comida, la decoración está cuidada hasta el más mínimo detalle. Luz tenue y toques industriales junto a maderas y tejidos con motivos orientales en sus diferentes espacios para lograr que la experiencia sea sobresaliente.


Robata Madrid

Puigcerdá, 4 (callejón de Jorge Juan)

Precio medio: 45-50 euros

Teléfono: 916 00 69 86

Horario: L-D de 13,30-16h y de 20-00h

Página web aquí

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