Para este te proponemos una gastroescapada a Patones de Arriba. Este municipio de la Sierra Norte de la región está declarado conjunto turístico por la belleza de sus calles y sus construcciones. La pizarra es el elemento predominante de sus casas, a las que otorga un aire de otra época y una belleza digna de admirar.
A mediados de 1950 se formó el nuevo núcleo poblacional de Patones de Abajo, que provocó que el antiguo fuera abandonado y se convirtiera en un auténtico museo al aire libre. Recomendamos que lo visitéis y que os perdáis por sus calles, disfrutando del toque nostálgico de tiempos pasados que tiene y que es uno de sus mayores atractivos.
El otro gran punto fuerte del pueblo es su gastronomía tradicional. Hay un gran número de restaurantes en los que probar alguno de los platos más típicos de la zona. Nosotros elegimos Rincón de Patones, un bonito local, en el que se pueden degustar sus propuestas culinarias tanto en su barra como en su salón.
Estando en una zona de pastores, no pudimos dejar de tomar sus Migas con chistorra, uvas y huevos de corral, un plato clásico que estaba perfectamente ejecutado.
También probamos las Croquetas caseras de jamón y las Delicias del Rincón de Patones, unos saquitos de pasta brick rellenos de verduras, que aportó un toque ligero a la primera parte de la comida.
En los segundos nos decantamos por la Lasaña de centollo y buey de mar, las Carrilleras ibéricas estofadas y el Solomillo al Foie fresco con salsa de Oporto. Evidentemente por la zona, los platos de carne destacaron sobre la lasaña marina, pero no pudimos evitar probarla. Recomendamos tanto las carrilleras como el solomillo, que estaba en su punto.
La Lujuria de chocolate Black & White fue nuestra elección en el postre. Se trata de dos espumas hechas con un sifón de nitrógeno con una textura suave. Pese a ser muy visual, echamos de menos una mayor intensidad de sabor
Rincón de Patones
Calle del Arroyo, 16, 28189 Patones, Madrid
Telf: 91 843 20 42
Precio medio 25-30 euros