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3 de may de 20183 min.

CHARLIE CHAMPAGNE, COCINA CANALLA EN UN LUGAR DE ENSUEÑO

Actualizado: 11 de mar de 2020

La magia se respira nada más entrar en Charlie Champagne, un restaurante en el que la alquimia convierte cada uno de los platos que sirven en una obra de arte tanto por su estética como por su sabor. Al mando de sus fogones, Carlos Durán, el reconocido y laureado chef, que con más de 14 años de experiencia defiende la cocina canalla como su seña de identidad. Una oferta diferente para aquellos a los que les gusta dejarse sorprender en la mesa y descubrir lugares diferentes.

Su nuevo local, a solo unos metros del antiguo, ofrece pequeños salones de líneas sencillas y modernas, que contrastan con paredes de ladrillo cara vista. Entre los distintos espacios destaca uno en el que un árbol con lágrimas de cristal crea una atmósfera irreal y fantástica. Un lugar de ensueño donde disfrutar de una agradable velada.

Comenzamos nuestra visita a Charlie Champagne tomando su Huevo a 62 grados a la brasa con falso carbón de yuca y boletus frescos salteados. Preparados en su punto justo para que la yema fluyera e impregnara el resto de ingredientes del plato. Solo podemos decir que estaba de toma pan y moja.

El segundo entrante que tomamos fue el Foie frío asado en remolacha. Un plato que se sirve con migas de piñones escarchados y tomate picante, y que es un claro ejemplo de la fusión que Durán imprime a cada una de sus elaboraciones. Buena presentación y mejor sabor, aunque la ración era, a nuestro juicio, algo escasa.

También tomamos para compartir sus Tacos de cerdo ibérico pibil. Elaborados a la manera del cocinero, son un perfecto bocado. Una propuesta sabrosa y original.

Entre los segundos destacan carnes y pescados de gran calidad como la pintada, el bacalao, el cochinillo o el pato. Nosotros nos decidimos por su Lubina salvaje confitada con aceite de jengibre. El pescado venía servido con tallarines de calamar, plancton y aire de su jugo. Todo un juego de texturas y sabores. ¡De 10!

De sus carnes optamos por un clásico de la carta de Carlos Durán, el Solomillo al foie gras. Un buen corte para una carne deliciosa que viene acompañada de puré de apionabo, calabaza confitada y trufa. Un plato lleno de colorido y que aunque no tiene muchos secretos demuestra la calidad de la materia prima con la que trabajan en Charlie Champagne.

Su carta dulce ofrece propuestas muy diferentes como los buñuelos de plátano o las fresas estofadas, pero preferimos conocer cómo habría repensado Carlos Durán los postres más tradicionales. Su Torrija caramelizada mantiene todo el sabor de antaño y el frío del helado que le acompaña contrasta a la perfección que el calor de la torrija.

Sin duda, la creatividad llevada a sus límites llega con uno de sus postres estrella. El Pink panter, en homenaje al famoso bollito de color rosa que comíamos cuando éramos pequeños. Su versión de la Pantera rosa nos trasladó a la niñez. Este plato se termina de preparar en tu propia mesa con nitrógeno líquido. Un juego muy divertido visualmente, que termina con un plato distinto al bollo industrial, pero cuyo sabor lo recuerda.

En definitiva, que acudir a Charlie Champagne es dejarse llevar por la imaginación de un chef que pone todo su arte y creatividad en la cocin para preparar distintas propuestas cargadas de sabor. Juegos de contrastes y de texturas, mucho color en sus platos y, sobre todo, producto de primera para conquistar a sus comensales. Un restaurante que no deja indiferente a nadie.

Charlie Champagne

C/ Segovia, 17

Telf.: 91 365 18 45

Precio medio: 35-40€

www.restaurantecharliechampagne.es

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